Desde que empezó el Estado de Alarma en nuestro país y la crisis sanitaria que estamos viviendo a causa de la COVID–19, los Ayuntamientos hemos tenido que afrontar situaciones totalmente desconocidas. Como máximos representantes de nuestros municipios, nuestro único objetivo es velar por el bienestar de todos nuestros vecinos y por su seguridad sanitaria.

Hay que tener en cuenta que las piscinas son zonas públicas donde se concentran gran cantidad de usuarios, lo que las convierten en lugares susceptibles de contagio y propagación y rebrote del virus. Con la normativa actual de apertura de piscinas, que sustituye a la anterior, nos encontramos con la dificultad de mantener el distanciamiento de seguridad, controlar la limitación de aforo, tanto dentro del agua como en otras zonas de las instalaciones y cumplir las exigencias de desinfección y limpieza de las distintas áreas, resulta muy complejo garantizar las medidas de seguridad requeridas, además no tenemos la capacidad de controlar los actos de todos y cada uno de los usuarios que acceden a esta instalación recreativa y de ocio.

Por los expuesto anteriormente, y además tras el acuerdo y consenso de los dos grupos políticos que forman parte de la corporación del ayuntamiento de Santa Olalla (PP Y PSOE) en una reunión mantenida entre ambos para tratar este y otros temas de importancia para nuestra localidad, nos vemos en la necesaria obligación de proceder a la NO apertura de nuestra piscina municipal, primando ante todo el criterio de prudencia que durante estos últimos meses hemos aplicado en nuestros municipios.

Es una decisión muy complicada y que nos ha costado mucho tomar, entendemos que lo más prudente es minimizar los riesgos al máximo y seguir velando por la salud de nuestros vecinos.